Éxito. Perfección. Esfuerzo. Inmediatez. Crisis. Paro. Algunas de las palabras que describen los tiempos que corren. Con sus exigencias de crecimiento y conquista permanente, hay quienes colapsan ante la no consecución de los objetivos en el corto plazo auto impuesto. Ante la crisis financiera y global, de la que todo el mundo habla, se hace necesario cada vez más de hacer uso de nuestra inteligencia emocional y de hacer uso de nuestras cualidades más genuinas para enfrentar los obstáculos que se avecinan.
Los que trabajamos en empresas cada vez más vemos reducción de la plantilla, traslado de filiales a otros países, cierre de sucursales. Muchas empresas se ven en dificultades de continuar su actividad, pensemos solamente en el rubro inmobiliario, aumentan las tasas de paro. Pensando en una persona en situación de desocupación, con todas las consecuencias que eso trae a su autoestima y bienestar personal, la calma, los pensamientos positivos y el autcontrol son los caminos ideales para la superación emocional.
¿Cómo puedo pensar positivamente si un cliente no me ha pagado aún y me debe dinero desde junio, dice el empresario? ¿Cómo pensar positivamente si mi jefe me ha dicho que no me subirá el sueldo y debo pagar el arreglo de mi baño? ¿Cómo voy a pensar positivamente si me he ido al paro y debo aún la cuota del coche que me he comprado hace meses? Entendiendo todo el contexto y siendo realista con la situación, ¿qué nos aporta pensar negativamente y creer que no conseguiremos trabajo, que el cliente no nos pagará y que nunca mejoraremos de salario? Mejor pensar que esta crisis es mundial, que debemos pensar que como esta crisis hubo otras históricamente y tener confianza en el sistema.
¿Cómo puedo practicar el autocontrol si voy a pedir un préstamo al banco y no me ceden capital para financiar mi motocicleta para trabajar en Pedidos ya? La realidad en lugar de pensar todo lo que nos pasa, debemos encauzar la ira, rabia, enojo hacia acciones creativas: escuchar música, pensar en alternativas laborales, practicar yoga y deporte.
A lo largo de mi experiencia de vida y laboral, he encontrado algunas pautas para paliar la crisis:
1. Descubre tus mejores cualidades, incluso las que te han servido en el pasado. ¿Qué hago mejor? ¿En qué soy más bueno? ¿Qué hice en el pasado para resolver una situación similar?
2. Sueña e imagina posibilidades. ¿Qué es lo mejor que podría resultar de este problema? ¿Quién podría ayudarme?
3. Diseña un plan o curso de acción. ¿Dónde es mejor comenzar? ¿Cuánto tiempo me llevará lograrlo?
4. Actúa: ¿Qué es lo primero que necesito hacer? ¿Cuál es el paso final?
Frente a la crisis, podemos estar más iracundos, nos queda apelar a nuestra fortaleza y al cultivo de pensamientos positivos. Por ejemplo, si alguien se retrasa en una cita o te da un plantón, en lugar de molestarte, busca una explicación que, en principio, le disculpe. A veces, nos equivocamos, creemos que la mala conducta del otro está en relación directa con nosotros y no es así. Puede ocurrir que la persona que nos ha molestado, esté cansada o tenga algún dolor físico o pesar espiritual, o que esté sometida a tensiones diversas. Para nuestro bienestar, es preferible no responder a un desaire con otro.
También es importante practicar el autocontrol: cuando observes que se te acelere el pulso y te sube el nivel de indignación, procura calmarte, por ejemplo, contando hasta diez antes de reaccionar. Otra opción es salir a caminar con paso ligero. Ayuda asimismo el hablar del motivo de tu enojo con tu psicólogo, coach o alguna persona amiga: el que alguien te escuche te ayudará a ordenar ideas y poner las cosas en su justa dimensión, incluso a entonar tu mea culpa si fuera necesario. Encauza tu enojo hacia acciones creativas: escucha música, pinta, medita con yoga o descárgate dándole puñetazos a un saco de boxeo.
Y los dejo con un video que hice hace unos años en mi espacio de coaching en el programa "Hola Barcelona" y donde hablo de caminos para superar la crisis.
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